"La naranja mecánica" 1971 - Stanley Kubrick


EL CONTROL DEL SADISMO

 

Una película providencial, directa, provocadora, realista y dolorosa como pocas... 16 años tenía cuando vi por vez primera "La naranja mecánica", que nos proyectaron en mi instituto, en la llamada clase de convivencia (sección de ciencias sociales). Rememorando en mis recuerdos, sus imágenes y su música me indujeron a una especie de hipnotismo inducido por todas las barbaridades, deshumanización y sexo que se mostraban. El principio con la mirada depredadora e inhumana del protagonista y depravado por excelencia que es Malcom Mc Dowell presentando la ultraviolencia "como él dice" me dejó patidifuso.

 

Toda esa crueldad yo ya la había presenciado en los ojos de gente a la que conocía personalmente, la falta de remordimientos y la muestra de maldad sin razón. Todos esos horribles actos inclasificables de locura y sadismo a mi modo de ver no tienen explicación, forman parte del ser humano. El mismo que llevó a millares de judíos a los campos de concentración, el mismo que esclavizó a tantas personas por ser de otra raza diferente a la suya a lo largo de toda la historia de la humanidad, y el mismo que llevaba a un grupo de jóvenes a propinar una paliza a alguien de su colegio (o a un vagabundo) por considerarlo distinto o más sensible y débil que el resto. Y lo más aterrador es que no existen o no encuentro razones para el mal, los jóvenes delincuentes empandillados del film que realizan violaciones, hurtos, luchas y por fin muertes, son actos de anarquía injustificada que no tienen razón de ser pero que lamentablemente forman parte del lado más oscuro del hombre. Como también forma parte del ser humano el gusto innato por la música, en este caso por Beethoven lo que provoca en el protagonista una incoherencia moral, porque ¿Cómo puede un ser humano cometer actos tan terribles y a la vez tener un gusto tan refinado y sensible por la música del inmortal compositor?

Beethoven es lo que hace fracasar el experimento del gobierno que utiliza a Alex para curar su lado oscuro, puesto que mientras le controlan y educan con imágenes desasosegantes para no cometer actos de barbarie, le ponen la música de su amado Beethoven, creando en él un humano indefenso e incapaz en la vida cotidiana, lo que antes era bello y melódico se convertirá ahora en frustrante y desmoralizador. A raíz de esta situación, nuevamente el gobierno intervendrá para utilizar al protagonista como propaganda electoral, transportándolo de nuevo a una acidez violenta que de nuevo se volverá en el mismo estado incontrolable y dañino del principio.

 

Kubrick consiguió una película atemporal que es muestra contemporánea de la destrucción psicológica e irracional que puede provocar un hombre a sus semejantes,  y de la falsedad de los políticos para conseguir votos, sin importar en lo más mínimo los métodos o los fines al  intentar inútilmente el control del sadismo...

  

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Comentarios: 1
  • #1

    Juan Carlos (domingo, 15 enero 2023 20:08)

    En mi opinión, se ha quedado vieja, obsoleta. Hay más violencia en un telediario que en esta película. No dudo que en su momento impresionara pero ahora. Además, es un sacrilegio lo que hace Walter Carlos (ahora Wendy) con Beethoven. El futuro no es como lo pinta la película con esa estética. Ya vemos hoy en día que las tiendas de discos no tienen sentido a día de hoy.