Después de varias colaboraciones entre Nolan y Murphy, el director inglés le da su primer protagonista a un actor que se termina de consagrar con este biopic del creador de la bomba atómica.
El film del máximo artífice de la trilogía del caballero oscuro con un plantel de actores y actrices de impresión (que bajaron considerablemente su caché) para poder trabajar con Christopher Nolan, dejan claro que este director se pustula como uno de los mejores del s.XXI, con una experiencia y un bagaje que, todo aquello que hace tiene la expectación suficiente como para esperar con ansia todo lo que haga.
Oppenheimer no defrauda, por una cantidad de elementos que se funden ofreciendo un espectáculo de 3 horas, revelándose como la película más taquillera de la historia sobre la Segunda guerra mundial superando a Salvar al soldado Ryan.
Cillian Murphy, Robert Downey Jr. y Matt Damon por su dramatismo y carisma merecerían ser nominados al Oscar, el maquillaje es de un realismo abrumador, el diseño de producción es convincente y realista, y la historia aun tomándose algunas licencias (no hubo encuentro entre Oppenheimer y Einstein) recrea un momento clave en la historia de la humanidad con una crudeza e incertidumbre dignos de una película de terror.
La película es una fusión entre biopic histórico, cine judicial y denuncia sobre lo que EEUU hizo para reclutar a los mejores científicos del mundo en una carrera armamentística para quizá más, querer convertirse en la primera potencia mundial muy por encima de salvar el mundo, ya que como puede observarse, las bombas de Hiroshima y Nagasaki en el momento que fueron lanzadas ya no eran necesarias, llevándose cantidad de vidas humanas con el único propósito de crear una época de más incertidumbre y terror que la anterior, inaugurando la guerra fría.
El film también refleja cómo hay una búsqueda para cumplir el objetivo de acabar con los nazis a cualquier precio, y que una vez cumplido, el artífice de todo esto es descalificado y desprestigiado por un pasado (comunista) que lo lleva a una caza de brujas en la que afortunadamente sale triunfante, pero con el cargo de conciencia de miles de vidas consumidas, y con la triste responsabilidad de saber que posiblemente la era Oppenheimer hace que la humanidad sea capaz de destruirse a sí misma apretando un simple botón.
También diré que Oppenheimer no es una película fácil de digerir para el espectador medio por moverse con un lenguaje quizá demasiado intelectual para mi gusto, con términos como mundo cuántico y elementos que si no se sabe de matemáticas, ciencia e historia son complicados de entender.